Salmos 26:8 RVR1960 Jehová, la habitación de tu casa he amado, Y el lugar de la morada de tu gloria.

No hay mejor sitio para descansar el alma, que la casa de Dios, mira lo que nos dice David, una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo. Porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal. Salmos 27:4 - 5 

Queridos, el único descanso que puede haber para el alma está en la presencia de nuestro Dios. Si hubiera una cosa que tú pudieras pedirle a Dios, ¿qué sería lo que pedirías? 

Algunos lo pensarían muy bien y tal vez quisieran estabilidad económica perpetua o tal vez sobreabundancia económica; algunos querrían inversiones y libertad financiera para nunca más trabajar.

Cuando leo la Biblia, veo a dos grandes personajes, y ninguno de ellos pidió riquezas. Salomón, el hijo de David, pidió sabiduría, tuvo su oportunidad y decidió pedir eso, la recibió en abundancia y pudo administrar todo el reino de Israel.

El rey David, también tuvo su oportunidad y por eso dice una sola cosa una cosa he demandado a Jehová, esta buscaré; Que esté yo en la casa de Jehová todos los días, David no quería estar de vez en cuando ir a la casa de Dios, él se quería mudarse y pasar el resto de su vida allí, no buscaba un puesto temporal, sino una residencia de por vida.

El único descanso para tu alma no está en tus cuentas bancarias llenas, en edificios en distintas ciudades, generando ingresos, el verdadero descanso para el alma no está en una persona, para lograr tener el verdadero descanso debemos vivir en la presencia de Dios, como David lo pidió.

Lo que nosotros debemos hacer para vivir eternamente en la morada celestial, es tener un corazón limpio y decirle, 'Señor, quiero que tú estés en mi y que yo esté en ti, quiere que tu presencia habite en mi corazón y quiero yo estar en el corazón tuyo, quiero demostrarte tu amor, estar limpio, ser agradable para ti y que tu presencia se sienta cómoda en mi ser’.

Cuando nosotros disponemos nuestra vida, para que la presencia de Dios habite en nuestro corazón e interior, ese es el mejor descanso para el alma y eso no lo trae ni el país en el que vives, la cantidad de dinero con la que posees, ni las inversiones acumuladas o herencia de un ser querido, el único descanso para el alma consta en que la presencia de Dios habite en tu corazón.

ORACIÓN

Padre Celestial, en el nombre de Jesucristo de Nazaret, hoy te damos las gracias por un día más de vida y por permitirnos conocer más de tu maravillosa palabra.

Señor, si solo tuviéramos una petición, queremos que tu presencia habite en nuestro corazón, porque ahí radica el verdadero descanso para el alma. Ahí podemos vivir con el propósito con el que tú nos creaste.

En el nombre de Jesucristo.

Amén y amén.

¡Bendiciones!