Piensa en los judíos, cuando estaban acorralados por el mar rojo y detrás de ellos estaba el ejercito de Faraón, nos podemos imaginar los diálogos, los gritos, el caos de miles de personas sin saber qué hacer. 

Cuando estamos pasando por una situación de tanta presión, nos gusta exaltar al problema, buscamos desahogarnos quejándonos, hablando del problema y qué tan grande y grave es, un gran ejemplo es cuando estamos enfermos, buscamos a alguien para contarle lo que no sucede, debemos enmudecer nuestro problema.

Cuando estés en un momento de gran presión, sin saber qué hacer, dónde las situaciones complicadas te exigen que te desahogues, en lugar de exaltar al problema debes exaltar a Dios. En muchos acontecimientos de la Biblia, conocemos varias historias donde ellos no hablaron del problema, lo enmudecieron, confiando más en el Creador.

Cuando hablas de tu problema, este se alimenta, crece y recibe la atención que tanto buscaba, y nosotros los hijos de Dios, no estamos para eso, el Señor Jesucristo lo dijo, ‘en el mundo tendrán aflicciones, pero confíen, porque yo he vencido al mundo’. 

Esperemos a Dios, confiando que Él peleará por nosotros, Éxodo 14:14 NTV, 'El Señor mismo peleará por ustedes. Solo quédense tranquilos.' Hoy debemos confiar en el mismo Dios que abrió el mar rojo.

ORACIÓN

Padre Amado, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo de Nazaret, te damos las gracias por permitirnos conocer y aprender de tu maravillosa palabra.

Dios, hoy aprendimos lo importante que es enmudecer nuestro problema, porque si seguimos hablando de él, lo alimentamos y dejamos que crezca cada día más y más. Esperamos nos ayudes a crecer espiritualmente.

A partir de ahora exaltamos tu nombre todos los días, confiando en ti y en tus acciones, que ya las tienes preparadas.

En el nombre del Señor Jesucristo de Nazaret, damos gracias por la vida.

Amén y amén.