Cuando el salmista está escribiendo de las maravillas de Dios, no nos deja por fuera a nosotros que somos su creación, porque cada uno de nosotros tenemos una habilidad especial y única, algo en lo que destacamos más que los demás. 

¿Qué es eso en lo que tu destacas y que te diferencia de los demás? Hay ciertas cosas que puedes hacer y que ningún otro puede hacer, por ejemplo, hay excelentes padres en la crianza de los hijos, hay padres que uno se sorprende por lo bien que lo hacen.

Los que construyen casas, lo hacen espectacular, tiene toda una ciencia increíble, se nota que destacan haciendo eso. Hay personas que, para pintar, parece que nacieron para hacer eso, porque a nadie le queda igual.

No debemos dejar de un lado a las personas que están al mando, apoyando a las personas, dando la palmada de motivación, hay quienes nacieron para eso, pueden alentar a las personas que están desanimadas.

Hay cosas que solo ustedes pueden hacer y por eso es que ustedes viven, la vida es una orquesta y cada uno somos un instrumento único, especial y diferente, para tener una buena sinfonía. 

En el siglo XVII, existió Antonio Stradivari, un fabricante de violines y se hizo muy famoso por hacerlo, su apellido era sinónimo de excelencia, ya que su trabajo lo hacía a la perfección. Él decía que si no hacía un violín que no fuera perfecto, estaría perjudicando a Dios, avergonzando su nombre.

Cuando tú, haces alguna cosa y destacas, estás exaltando el nombre de Dios y si no lo haces bien, estás avergonzando su nombre. Debes descubrir cuál es el área en la que tu destacas, y la que eres un Stradivari.

Debemos descubrir en lo que destacamos, y no te confundas, eso no se trata de ser arrogante y presumir nuestras habilidades, porque, asimismo, debemos reconocer las habilidades de los demás, porque no todos cumplimos una misma función.

ORACIÓN

Padre Amado, en el nombre del Señor Jesucristo de Nazaret, hoy te damos las gracias por este día más de vida y por enseñarnos más de tu maravillosa palabra.

Mi Dios, hoy entendimos que todos hacemos parte de una orquesta y que cada uno es un instrumento diferente, tenemos una habilidad que nos hace únicos y diferente, queremos que nos ayudes a conseguir nuestra verdadera habilidad y perder hacer parte de tu morada celestial.

En el nombre de Jesucristo de Nazaret.

Amén y amén.

¡Bendiciones!