Sofonías 3:17 (NBV) ¡El Señor tu Dios ha llegado para vivir en medio de ti! Él es tu Salvador poderoso, que siempre cuidará de ti. Él se regocijará en ti con gran alegría; te amará y no te acusará.

Dios tiene hacía nosotros un inmenso amor, un amor irresistible, un amor que Él no puede limitar, es un amor apasionado e intenso, es un amor que, todos los días nos dice qué tan especial somos nosotros.

El Señor nos amará y nunca nos acusará, queridos, yo no sé si ustedes no son conscientes de esto, porque sé que muchas veces se nos habló de un Dios castigador, antes teníamos el concepto de un Dios que estábamos esperando que nos castigará por nuestra mala conducta.

Esta fue la imagen con la que yo crecí, espero que tu no, pero, por si acaso, hoy vengo a recordarte que ese no es el Dios de la Biblia, el Dios de la Biblia, es uno de un inmenso amor por ti. Nosotros como padres, aunque no seamos perfectos, tenemos amor por nuestros hijos, todos son especiales y nos desvivimos por ellos.

Esto es lo mismo que hace Dios, Él nos ama como hijos, aun a pesar de que no hemos llegado a ser quien deberíamos ser, el Señor nos ama, aun a pesar de que estamos en proceso, así nosotros cometamos errores y nos equivoquemos.

Yo sé que tú aún estás en proceso, tú no has terminado, pero Dios te ama con un inmenso amor y Él se alegra por ti, todas las mañanas se alegra al verte y por acompañarte. Así que, aunque estemos todavía en construcción, con eso y todo Él nos ama.

Esto te lo digo porque, en los momentos que estés experimentado soledad, rechazo o abandono, recuerda este versículo poderoso Sofonías 3:17 ¡El Señor tu Dios ha llegado para vivir en medio de ti! Él es tu Salvador poderoso, que siempre cuidará de ti. Él se regocijará en ti con gran alegría; te amará y no te acusará.

Dios nos ama, Él vive en medio de ti y en tu interior, Él se alegra y regocija por ti, porque tú eres su hijo. No dependas de la aprobación de los demás, ni mucho menos ruges por el amor de los demás.

ORACIÓN

Padre Celestial, en el nombre de Jesús, te damos las gracias por que tu palabra siempre nos muestra y nos revela los misterios, cómo entender a Dios que nos ama con intenso amor, sin importar que estemos en construcción.

Señor, gracias por dejaros saber que te regocijas y alegras por nosotros.

En el nombre de Jesús.

Amén y amén.

¡Bendiciones!