Salmos 139:24 NTV Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce los pensamientos que me inquietan.

Cuando hablamos de pensamientos susurrantes, quiero que entiendas que, a lo largo del día, tienes muchos momentos en los que estás pensando profundamente y tú deberías tomar la decisión sobre qué tema o área de tu vida pensar.

Mi invitación es que, todos esos pensamientos susurrantes, sean dirigidos a Dios, a sus enseñanzas, puedas conectarte y hablar con Él. A lo largo del día, pasamos por diferentes actividades, las cuales no tenemos el control de ellas.

Por ejemplo, en promedio, cuando llegues al final de tu vida, vas a haber gastado 6 meses en un semáforo detenido en rojo, en las ciudades más grandes donde hay más tráfico, se gasta más tiempo; ocho meses abriendo correspondencia inservible, esos sobres y emails; año y medio, buscando cosas que se te han perdido; cinco años de tu vida, los gastas haciendo filas.

¿Y qué pasa si tomas todo ese tiempo, esos pensamientos susurrantes y se los dedicas a Dios? ¡Es mucho mejor! Porque vas a crecer y tener una relación más íntima con Él. Salmos 139:24 NTV Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce los pensamientos que me inquietan.

Dios sabe qué es lo que estás pensando. Si tú estás en una fila, en vez de fijar tus pensamientos en otras cosas, es mejor dedicarlos a Dios, puedes hacer de el Señor como tu acompañante para esos días que vas o estás solo.

Este devocional debe ser una motivación para que puedas aprovechar cada momento para acercarte más al Señor y conectarte con Él, lo podemos hacer mientras manejamos, nos bañamos, son 10 o 20 minutos que tardamos en dormir. Podemos hablar con Dios y agradecerle por nuestra vida, mejorando nuestra relación con Jesucristo.

ORACIÓN

Dios mío, en el nombre de Jesucristo de Nazaret, queremos darte las gracias por enseñarnos más de tu maravillosa palabra.

Gracias por motivarnos a generar cambios en nuestra vida, queremos que nuestros pensamientos que nos susurran sean dirigidos a ti, para reconocer y honrar tu vida y existencia en nosotros.

Queremos que todos podamos dirigir nuestros pensamientos a tu presencia, para acercarnos a ti y sentir la paz y gozo que siempre hemos buscado.

En el nombre de Jesucristo.

Amén y amén.

¡Bendiciones!