Debes pensar en Moisés, él solo pensaba en esa tarea que le fue asignada, Dios lo escogió a él para liberar el pueblo, a la nación de Israel, de la esclavitud de Egisto, para llevarlos a la tierra prometida.

Para ese entonces, Moisés se estaba enfrentando a dos temores muy grandes, él tenía la inseguridad de que lo rechazaría el faraón para cumplir con su tarea, también tenía temor a que los mismos judíos se negaran de su ayuda, ‘¿Qué hago si no me creen o no me hacen caso? ¿Qué hago si me dicen: “El Señor nunca se te apareció”?’

Yo sé, que así como Moisés, muchos de ustedes han sentido inseguridades o se han dado cuenta que sus tareas se convierten en algo tan difícil de hacer, es algo que nosotros mismos lo catalogamos como un imposible, porque sentimos que no estamos capacitados o no tenemos la fuerza necesaria para lograrlo.

Queridos, esto no solo pasó con Moisés, pasó con Jonás, Elías, David, con cualquiera de los personajes de la Biblia, se dieron cuenta que, la tarea o función que tenían que realizar no era fácil y mucho menos era alcanzable por medios humanos.

Sin embargo, todos alcanzaron el éxito, porque entendieron que lo que tenían delante de ellos, humanamente era imposible, pero tenían al Dios que todo lo puede hacer posible, el que envía su favor a los elegidos y lo que han creído y han reconocido que no son capaces de hacerlo por sí mismo.

Moisés experimentó muchas dudas, inseguridades y temores, a tal punto que presentó su imposible delante de Dios. Éxodo 4:2 – 3 Entonces el Señor le preguntó:

—¿Qué es lo que tienes en la mano?

—Una vara de pastor—contestó Moisés.

—Arrójala al suelo—le dijo el Señor.

Así que Moisés la tiró al suelo, ¡y la vara se convirtió en una serpiente!

El poder sobrenatural de Dios se desata cuando reconocemos un imposible y lo presentamos delante del Señor, claman y buscan de Él, ahí se manifiesta su poder inigualable. Si en este momento sientes que hay un imposible que no te deja avanzar como persona, no olvides que en el cielo hay un Dios que todo lo puede.

ORACIÓN

Padre Amado, en el nombre de Jesucristo de Nazaret, hoy te damos las gracias por un día más de vida y porque hoy aprendemos más de tu maravillosa palabra.

Reconocemos que muchas veces no somos capaces de resolver una tarea o asignación, pero es ahí cuando reconocemos que es un imposible para nosotros.

Y así como Moisés venimos a reconocer nuestro imposible, porque con tu ayuda, todo será posible, todos los que buscamos, recibimos de una forma sobrenatural tu favor y gozo, transformando cualquier situación.

En el nombre de Jesucristo de Nazaret.

Amén y amén.

¡Bendiciones!