1 Samuel 8:19 (NTV) Sin embargo, el pueblo se negó a escuchar la advertencia de Samuel.

—Aun así, todavía queremos un rey—dijeron ellos—.

Este título lo elegí meditando en este pasaje, porque el pueblo de Israel actuó de una manera muy similar a como muchas personas actúan hoy en día.

Esta forma de actuar es, queridos, una manera necia. En este pasaje, el profeta Samuel está hablando con el pueblo de Israel porque la nación le está pidiendo un rey. Quieren un líder que dirija la nación, que dé órdenes y sea su juez. Hasta ese momento, Israel no tenía reyes, solo jueces.

¿Por qué las naciones vecinas tenían reyes, pero Israel no? La razón es que Dios quería establecer una teocracia, es decir, un gobierno divino. Él deseaba gobernar directamente a su pueblo a través de representantes como Moisés y los profetas, en lugar de un rey humano. Sin embargo, el pueblo estaba cansado y dijo: "Queremos ser como las demás naciones, queremos un rey."

En esta reunión, Samuel les advierte sobre los peligros de tener un rey. Les explica que un rey reclutará a sus hijos para el ejército, esclavizará a sus hijas para servir en el palacio y se enseñoreará de ellos de manera opresiva. A pesar de estas advertencias, el pueblo responde: 'Aún así queremos un rey.'

Esta actitud me recuerda a muchas personas hoy en día. A pesar de las advertencias, insisten en tomar decisiones equivocadas. Por ejemplo, jóvenes que ignoran consejos sobre relaciones tóxicas, personas que consumen drogas a pesar de saber sus consecuencias, o quienes toman decisiones impulsivas sin considerar las advertencias.

Es una forma necia de actuar, queridos. Este devocional nos invita a reflexionar: cuando Dios nos da una advertencia, debemos meditarla y obedecerla. No debemos actuar como el pueblo de Israel, que, a pesar de las advertencias, insistió en su deseo.

ORACIÓN

Padre Celestial, en el nombre de Jesús de Nazaret, te damos gracias por la oportunidad de escuchar Tu Palabra y reflejar nuestro carácter a través de ella. Señor, en este pasaje vemos cómo el pueblo de Israel insistió en tener un rey, a pesar de las advertencias de Samuel sobre los peligros que esto conllevaba.

Mi Dios, cuántas personas hoy actúan de la misma manera, ignorando las advertencias y cayendo en decisiones que les traen dolor y consecuencias. Te pedimos que nos ayudes a ser de aquellos que escuchan, analizan y obedecen Tus consejos.

Señor, permite que la sabiduría repose en nuestros corazones. Que ante cualquier advertencia de peligro, nos apartemos y busquemos Tu voluntad. No permitas que cometamos los mismos errores que el pueblo de Israel, que prefirió seguir sus deseos en lugar de obedecer Tus advertencias.

Gracias por tu Palabra, que nos guía y nos inspira. Oramos en el nombre de Jesús de Nazaret. 

Amén y amén.

¡Bendiciones!