1 Corintios 10:6 (NTV) Esas cosas sucedieron como una advertencia para nosotros, a fin de que no codiciemos lo malo como hicieron ellos.

El exceso de confianza es algo de lo que no deberíamos ser víctimas. Es esa condición en la que las personas creen que están calificadas para no recibir consecuencias o castigos de parte de Dios, a pesar de sus errores, excentricidades o pecados.

El apóstol Pablo enseña que este exceso de confianza lo vivieron los judíos en el Antiguo Testamento mientras cruzaban el desierto. Él explica que nuestros antepasados fueron guiados por una nube, pasaron por el mar (lo cual simbolizó su bautismo), comieron el pan espiritual (el maná) todos los días y bebieron de las aguas vivas que brotaron de la roca, la cual representaba a Cristo. A pesar de todo esto, la mayoría de ellos no agradaron a Dios, y sus cuerpos quedaron dispersos en el desierto.

Esto sucedió como una advertencia para nosotros. Pablo nos dice que no debemos caer en el exceso de confianza, sino tener mucho respeto por las cosas de Dios. Como dice el versículo 6: "Esas cosas sucedieron como una advertencia para nosotros, a fin de que no codiciemos lo malo como hicieron ellos."

Hoy en día, hay personas que, al igual que los judíos, viven con exceso de confianza. Después de ser bautizados, de alimentarse de la Palabra de Dios y de beber de las aguas vivas que son Cristo, creen que están exentos de consecuencias. Piensan: "Ya me bauticé, ya leo la Biblia, ya asisto a la iglesia, así que no me pasará nada." Pero el exceso de confianza puede traer problemas graves, no solo para nosotros, sino también para nuestra descendencia.

El versículo 8 nos advierte: "No debemos cometer inmoralidad sexual, como hicieron algunos de ellos, lo cual causó la muerte de 23,000 personas en un solo día." Los judíos, a pesar de haber experimentado milagros y provisiones divinas, cayeron en inmoralidad sexual y en rituales paganos. Como resultado, 23,000 personas perdieron la vida en un solo día. Esto nos muestra que, aunque hayamos recibido bendiciones y experiencias espirituales, no somos inmunes al pecado ni a sus consecuencias.

Estas tentaciones que enfrentaron los judíos son las mismas que enfrentamos hoy: diversiones paganas, inmoralidad sexual y la tentación de abandonar nuestra comunión con Dios. No podemos permitir que el exceso de confianza nos lleve a descuidar nuestra vida espiritual. Debemos mantenernos firmes, enfocados en nuestra salvación y en nuestra entrega total a Dios.

ORACIÓN

Padre celestial, en el nombre de Jesús de Nazaret, te damos gracias por la oportunidad de leer Tu Palabra. Gracias por esta advertencia tan puntual y necesaria. Señor, no queremos caer en el exceso de confianza como lo hicieron los judíos, quienes, a pesar de haber visto Tus milagros y provisiones, se dejaron llevar por diversiones paganas e inmoralidad sexual.

Fortalece a cada persona que se siente débil o tentada a ser arrastrada por el pecado. Protégelos, cuida sus hogares, sus matrimonios y sus hijos. No permitas que sean arrastrados por las tinieblas, las diversiones paganas o la inmoralidad sexual.

Señor, bendice a cada familia que participa de este devocional. Dales las fuerzas necesarias para mantenerse firmes y en comunión contigo. Que no descuiden su vida espiritual, sino que se aferren a Ti y a Tus promesas.

Te damos gracias, Señor, por Tu Palabra y por recordarnos que nuestra confianza debe estar en Ti, no en nuestras obras o experiencias pasadas. Oramos en el nombre de Jesús de Nazaret. 

Amén y amén.

¡Bendiciones!