Hebreos 6:7 (NTV) Cuando la tierra se empapa de la lluvia que cae y produce una buena cosecha para el agricultor, recibe la bendición de Dios.

Queridos amigos, muchas personas se preguntan: ¿qué hacer para recibir la bendición de Dios? ¿Qué hacen aquellas personas que parecen tener siempre el favor y la gracia de Dios?

Son personas que inician algo y todo les sale bien, como si fueran “consentidos del cielo”, y cuyas oraciones son respondidas continuamente. ¿Qué tienen de especial esas personas cuyos proyectos prosperan y reciben bendición?

La clave está en este versículo. La Biblia dice que la tierra empapada por la lluvia que produce buena cosecha para el agricultor recibe la bendición de Dios. En otras palabras, cuando la tierra hace lo que fue diseñada para hacer, es bendecida.

En cambio, el versículo 8 declara que la tierra que produce espinos y maleza, sin dar fruto, recibe maldición y es quemada. Esto representa a quienes no hacen lo correcto, no producen lo que se espera, ni se esfuerzan por cumplir su propósito.

La enseñanza es clara: cuando hacemos lo correcto y producimos el fruto que Dios espera, recibimos su bendición. Como la tierra fue diseñada para dar fruto, nosotros fuimos creados para vivir en armonía con Dios, responder a su amor y mantener una relación cercana con Él.

¿Qué espera Dios de nosotros? Obediencia, buena conducta, y un corazón dispuesto. Espera que seamos personas que buscan su presencia, asisten a su casa, le adoran y testifican de lo que Él ha hecho. Por el contrario, quienes producen “espinos”, infidelidad, discordia, juicio, crítica, envidia, están alejados de la bendición. Aunque logren algún resultado por esfuerzo humano, la bendición divina no puede acompañarlos porque producen lo contrario a lo que Dios demanda.

Por eso debemos preguntarnos: ¿Qué estamos produciendo? ¿Somos conocidos por sembrar paz, amor y paciencia, o por crear conflictos, criticar y hablar mal de otros? ¿Vivimos en fidelidad y rectitud, o actuamos en lo oculto con engaño y deslealtad? La tierra de espinos debe esforzarse demasiado para lograr frutos, y estos serán solo humanos, no bendecidos por Dios.

En cambio, quienes producen amor, bondad, paz y paciencia reciben la bendición continua del Señor. Son personas en paz, sin conflictos, sin veneno en sus palabras, sin enojo constante. Dios promete bendecir la “tierra” que produce frutos abundantes para su agricultor.

ORACIÓN

Padre Celestial, te damos gracias por permitirnos acceder a tu Palabra y aprender de ella. Reconocemos que muchas veces hemos estado equivocados, pensando que recibiríamos tu bendición mientras actuábamos de manera desleal, traicionando, robando o dañando a otros. Perdónanos por las veces que hemos criticado o levantado falsos contra personas que solo nos bendijeron.

Gracias porque tu Palabra nos corrige a tiempo y nos recuerda que esperas de nosotros lo correcto: lealtad, amor, paciencia, compasión, bondad, fidelidad y fe. Ayúdanos a ser personas rectas, sin traición ni engaño, que actúan con integridad y no buscan beneficios propios por medios incorrectos.

Señor, reconocemos que lo correcto atrae tu bendición y que producir lo que se espera de nosotros abre la puerta para recibir más de ti. Queremos ser esa tierra fértil que produce frutos abundantes para ti.

Bendigo a cada persona que participa de este devocional y la entrego en tus manos. Gracias, Padre, por tu amor y fidelidad. Oramos en el nombre de Jesús de Nazaret.

Amén y amén.

¡Bendiciones!