Filipenses 3:17 (NTV) Amados hermanos, tomen mi vida como modelo y aprendan de los que siguen nuestro ejemplo. 

El apóstol Pablo enseñaba cuán importante es para nosotros, los creyentes, tener una persona como modelo, como ejemplo a seguir. Él mismo se presentaba como un referente para que otros pudieran imitar su conducta y comportamiento. En otros pasajes, incluso llegó a decir: "Sean imitadores de mí, como yo lo soy de Cristo". Esto es fundamental para nuestro crecimiento espiritual.

Nuestro principal ejemplo de vida debe ser el Señor Jesucristo. Sin embargo, muchas veces nos limitamos a seguirlo o imitarlo, pensando que Él era diferente, que era Dios y que estaba en un nivel distinto al nuestro. Pero esto no es cierto. Jesucristo es el ejemplo perfecto de vida para cada uno de nosotros.

Si te resulta más fácil pensar en otras personas como modelos a seguir, la Biblia nos ofrece muchos ejemplos. Podrías escoger la vida de Abraham y tratar de imitar su manera de ser con su esposa, su conducta hacia su hijo y su preocupación por dejarle un legado espiritual. También podrías considerar la vida de Moisés, un hombre de fe que dejó un camino claro de cómo comportarse y conducirse.

Otro ejemplo es David, un gran adorador que, desde muy joven, dedicaba su tiempo libre a tocar el arpa y componer canciones para Dios. Aunque sus hermanos vivían en la comodidad del hogar, él pastoreaba ovejas y aprovechaba esos momentos para adorar. Podríamos imitar a cualquiera de estos personajes bíblicos, ya que todos necesitamos un ejemplo de vida.

Es más fácil crecer cuando ponemos nuestra mirada en alguien que está haciendo lo correcto, llevando un estilo de vida agradable delante de Dios. Quizás conoces a alguien que ha logrado un matrimonio ejemplar durante 30 años, o que maneja sus finanzas de manera sabia, o que trata a su familia con amor y respeto. Observar a estas personas, aprender de sus detalles y comportamientos, nos ayuda a crecer.

El apóstol Pablo entendía la importancia de tener modelos a seguir. Necesitamos guías espirituales, personas a las cuales observar y de las cuales aprender. La mejor manera de aprender es a través de la observación. Así como los hijos imitan a sus padres, nosotros podemos imitar a aquellos que viven de manera ejemplar.

Incluso en mi propia familia, noto cómo mis hijos se imitan entre sí. El menor copia al mayor en su tono de voz, gestos y reacciones. Esto nos muestra que el aprendizaje y el crecimiento se desarrollan después de la observación.

En la Biblia tenemos muchos ejemplos de vida, pero también a nuestro alrededor hay personas dignas de ser imitadas. Si conoces a alguien que vive de manera transparente, honesta y recta, ¿por qué no tomarlo como un ejemplo? Esto es lo que el apóstol Pablo nos enseña, inspirado por el Espíritu Santo.

ORACIÓN

Padre Celestial, en el nombre de Jesús de Nazaret, te damos gracias por la oportunidad de aprender de Tu Palabra. Señor, reconocemos la importancia de tener ejemplos de vida a nuestro alrededor. Ayúdanos a identificar a aquellas personas de las cuales podamos aprender: su conducta, su manera de tratar a su familia, su forma de vivir y su relación contigo.

Te agradecemos porque nos has dejado en la Biblia el ejemplo de tantos personajes dignos de ser imitados. Hoy entendemos mejor lo que el apóstol Pablo decía cuando nos invitaba a imitarlo a él, así como él imitaba a Cristo.

Señor, te pedimos que nos ayudes a encontrar mentores, líderes y guías espirituales que nos inspiren a crecer, cambiar y mejorar. Bendice a esas personas que están un paso adelante, fortalécelas y protégelas. Que sigan siendo un ejemplo para otros, manteniendo su testimonio y su relación contigo.

Amén y amén.

¡Bendiciones!