Mateo 10:28 NTV No teman a los que quieren matarles el cuerpo; no pueden tocar el alma. Teman solo a Dios, quien puede destruir tanto el alma como el cuerpo en el infierno.

Dios nos encomendó una misión de vida o muerte, el Señor preparó a sus discípulos con lo que ellos iban a enfrentar, serían perseguidos, condenados, juzgados y oposiciones por parte de todos, reyes y gobernadores, la sociedad que tenía más jerarquía, se enfrentó a ellos, cualquiera los puedo haber encerrado, castigado y lastimarlos. 

Sin embargo, así fue como ellos murieron. Pero Jesucristo les estaba preparando; No teman a los que quieren matarles el cuerpo; no pueden tocar el alma. Esta misión, Dios se la encomendó a sus discípulos, pero no está nada lejos de nuestras realidades.

Si bien es cierto, hoy los gobernadores o presidente no van a venir a cuestionar nuestra fe o lastimarnos físicamente, pero sí vamos a recibir críticas, enfrentamos dificultades y obstáculos que la gente tratará de poner, pero lo más importante es transmitir el mensaje a las futuras generaciones y que no temamos al qué dirán si nos vemos como religiosos.

No debemos asustarnos o temer si nos dicen anticuados por querer enseñar a nuestros hijos de Dios y su palabra. Vamos a recibir ataques verbales de muchas personas, tratando de lastimar nuestro interior.

Pero debemos recordar, No teman a los que quieren matarles el cuerpo; no pueden tocar el alma, muchas personas nos atacan y nos critican, pero nosotros debemos tener muy claro que, Jesús nos dejó una misión de vida o muerte, tenemos que creer en todas las palabras que están escritas en la Biblia y pasarla a la siguiente generación.

Nuestros hijos deben creer en lo que nosotros creemos, muchos padres se preocupan por dejar una herencia monetaria a sus hijos, pero no se preocupan por dejarles una herencia espiritual.

¿Qué legado y enseñanza le vamos a dejar a nuestros hijos? Desde ya ellos deben saber el camino por el que deben andar, para que estén listos cuando nosotros partamos hacía la Morada Celestial, deben saber qué fe van a practicar, esa es la misión de vida o muerte que tenemos en nuestras manos.

ORACIÓN

Padre Celestial, en el nombre de Jesús de Nazaret, te damos las gracias por un día más de vida y por acercarte a nosotros por medio de tu maravillosa palabra.

Mi Dios, al leer tu palabra nos fortalecemos, hoy queremos pedir para que cada uno de nosotros podamos tener la sabiduría suficiente para poder encaminar a nuestros hijos y poder cumplir con esa misión de vida o muerte.

Nuestras generaciones siguientes deben seguir este legado.

En el nombre de Jesús.

Amén y amén.

¡Bendiciones!