Daniel 2:21 (NTV) Él controla el curso de los sucesos del mundo; él quita reyes y pone otros reyes. Él da sabiduría a los sabios y conocimiento a los estudiosos.

Este es un principio que el profeta Daniel nos enseña y que a menudo olvidamos o pasamos por alto, aunque es una verdad fundamental.

Debemos tener en cuenta que Dios controla el curso de los sucesos del mundo, ya sean agradables o dolorosos. Esto no significa que sea el autor de las tragedias o las dificultades, pero sí que su soberanía se extiende a todo lo que sucede. Él permite que las cosas ocurran y, a través de ellas, sigue gobernando con sabiduría y propósito.

Por eso, cuando hablamos de líderes, gobernadores o presidentes, debemos recordar que son puestos por Dios. Aunque no siempre nos guste o estemos de acuerdo con quienes ocupan posiciones de autoridad, es importante entender que Él ha permitido que estén ahí. No se trata de si nos agradan o no, sino de reconocer que el Creador tiene un plan superior.

El profeta Daniel, en el capítulo 2, versículo 21, lo expresa claramente: "Él controla el curso de los sucesos del mundo; quita reyes y pone a otros. Da sabiduría a los sabios y conocimiento a los entendidos."

Dios no solo interviene en las naciones más grandes o poderosas, como los Estados Unidos, sino también en las más pequeñas, donde su mano sigue dirigiendo el destino de los pueblos. Por ello, debemos vivir con la confianza de que todo está bajo su control, dejando de oponernos a los líderes que Él ha permitido. Cuando lo hacemos, nos estamos oponiendo a la máxima autoridad divina.

La clave para enfrentar estas situaciones es buscar paz, tranquilidad y esperanza. Reconocer que Dios es quien establece a los gobernantes debería llenarnos de serenidad, sabiendo que su sabiduría es infinita y su voluntad perfecta.

ORACIÓN

Padre celestial, en el nombre de Jesús, te damos gracias por la oportunidad de reunirnos en torno a tu palabra. Hoy te pedimos que nos llenes de paz y tranquilidad. Ayúdanos a entender que, aunque no siempre estemos de acuerdo con las decisiones políticas o los líderes que gobiernan, tú tienes el control absoluto de todo.

Te pedimos que alivies cualquier frustración, enojo o desánimo que podamos sentir. Trae calma a nuestros corazones y permítenos aceptar con confianza tu voluntad, sabiendo que eres quien mueve los corazones y dirige a las personas para cumplir tu propósito.

Te agradecemos porque siempre estás pendiente de todo lo que sucede en esta tierra. En tus manos está el destino de las naciones, y en tu sabiduría infinita decides quién ha de liderarnos. Por ello, aceptamos y confiamos en tus decisiones, Señor.

Gracias por ser un Dios que vela por nosotros y por el mundo entero. Oramos en el nombre poderoso de Jesús. 

Amén y amén.

¡Bendiciones!