Malaquías 2:14 (NTV) Claman: «¿Por qué el Señor no acepta mi adoración?». ¡Les diré por qué! Porque el Señor fue testigo de los votos que tú y tu esposa hicieron cuando eran jóvenes. Pero tú le has sido infiel, aunque ella siguió siendo tu compañera fiel, la esposa con la que hiciste tus votos matrimoniales.

Aunque esta puede manifestarse en distintas áreas de la vida, como la familia, el trabajo o incluso la relación con Dios, hoy nos enfocaremos en la infidelidad matrimonial.

Regularmente, la infidelidad se practica en secreto, lo cual ya de por sí es ocultismo, pues todo lo que se hace en la oscuridad está lejos de la voluntad de Dios. Sin embargo, aunque las personas crean que pueden esconderse, las consecuencias de la infidelidad son graves. Podemos engañar a nuestra esposa o esposo, pero no podemos engañar a Dios.

Hace algunos años, en China surgió una controversia porque el país está lleno de cámaras de vigilancia. Se encuentran en calles, avenidas, carreteras y hasta en las entradas de las viviendas. Muchas personas se sintieron incómodas al saber que estaban siendo constantemente observadas.

Sin embargo, aquellos que hacen lo correcto no deberían preocuparse, pues no tienen nada que ocultar. En cambio, quienes actúan de manera incorrecta, tarde o temprano serán expuestos.

Lo mismo sucede con Dios. Él tiene "cámaras" en todas partes. No hay lugar donde podamos escondernos de su presencia. La infidelidad muchas veces comienza con un simple mensaje de texto que se borra, con palabras que no debería escuchar nuestra pareja o con conversaciones que van subiendo de tono. Sin darnos cuenta, quedamos atrapados en un ciclo de engaño.

La infidelidad es algo muy grave ante los ojos de Dios. No solo destruye matrimonios, sino que también cierra los cielos. Muchas personas se preguntan por qué Dios no responde sus oraciones, por qué no sienten paz o por qué viven en angustia constante. La respuesta está en la Palabra:

Malaquías 2:14: "Claman: '¿Por qué el Señor no acepta nuestra adoración?' Les diré por qué: porque el Señor fue testigo de los votos que tú y tu esposa hicieron cuando eran jóvenes. Pero tú le has sido infiel, aunque ella siguió siendo tu compañera fiel, la esposa con la que hiciste tus votos matrimoniales."

Si estás leyendo esto y nunca has sido infiel, bendito seas, porque has permanecido fiel a tu pacto. Pero si en algún momento caíste en este pecado, debes saber que no pasará desapercibido ante Dios. Aunque tu cónyuge no lo sepa, aunque nadie más lo descubra, Dios sí lo sabe. Y recuperar la confianza y la comunión con Él no es un proceso fácil.

La infidelidad es peligrosa, destructiva y jamás debe ser practicada. Mantente firme y no caigas en la tentación.

ORACIÓN

Padre Celestial, en el nombre de Jesús de Nazaret, te damos gracias por la oportunidad de aprender de tu Palabra. Hoy hemos sido advertidos de que los cielos se cierran cuando practicamos la infidelidad.

Señor, te pedimos que sostengas, guardes y fortalezcas a aquellos que han sido fieles a su pacto matrimonial. Hoy en día, la infidelidad se ha vuelto algo común en la sociedad, incluso dentro de la esfera cristiana. Pero te pedimos que protejas a los tuyos, que guardes los corazones de quienes te aman y que tu bendición permanezca sobre ellos.

Señor, no permitas que vengan las terribles consecuencias de la infidelidad: la tristeza, la desesperación, el vacío en el alma. Gracias por advertirnos y guiarnos en el camino correcto. Sabemos que de Ti nadie puede burlarse y que nada puede ocultarse ante Tus ojos.

Gracias por amarnos tanto y por estar pendiente de cada uno de nosotros. Te lo pedimos en el nombre de Jesús.

Amén y amén.

¡Bendiciones!