Lucas 8:27 (NTV) Mientras Jesús bajaba de la barca, un hombre que estaba poseído por demonios salió a su encuentro. Por mucho tiempo, había estado desnudo y sin hogar, y vivía entre las tumbas en las afueras de la ciudad.

Este hombre, necesitado de liberación, buscó sanidad cerca de Jesús. La Biblia describe ciertas características de su condición, que, aunque se manifiestan de manera diferente hoy en día, siguen siendo síntomas de un alejamiento de Dios. Pueden encontrarse en personas que, en algún momento, disfrutaron de una relación cercana con el Señor pero se apartaron, o en quienes nunca han experimentado su presencia. Estas personas, que han estado alejadas de su Creador, suelen desconocer el gozo de la comunidad con Él, el estudio de Su Palabra o la pertenencia a una iglesia.

La primera característica mencionada es que este hombre estaba desnudo y sin hogar. Espiritualmente hablando, estar desnudo significa vivir sin cobertura, sin protección divina. Esto es similar a lo que experimentaron Adán y Eva cuando desobedecieron en el Edén. Al darse cuenta de su condición, buscaron cubrirse con hojas de higuera. Hoy, aquellos que están alejados del Señor viven en soledad y vulnerabilidad espiritual, desprotegidos por estar separados de Su amor y cuidado.

La segunda característica es estar sin hogar, lo cual simboliza la ausencia de una conexión con la casa del Padre. En la historia del hijo pródigo, vemos cómo el joven, al alejarse de su hogar, cayó en una vida de desperdicio y desdicha. De manera similar, muchas personas hoy viven lejos del ámbito espiritual que provee seguridad y esperanza. Regresar a la casa de Dios no depende de una distancia física, sino de una restauración del corazón y el espíritu.

El texto también menciona que el hombre vivía entre las tumbas, lo que representa lugares de muerte. Hoy en día, esto se traduce en ambientes espiritualmente destructivos como bares, night-clubs, vicios, adulterios y fornicaciones. Estos lugares no ofrecen vida, sino que conducen a un estado de decadencia espiritual y moral.

Finalmente, se describe que este hombre habitaba en las afueras de la ciudad, lejos de su comunidad. Esto simboliza el aislamiento necesario para llevar a cabo acciones que uno sabe que no son aprobadas ni por su familia, ni por su círculo cercano, ni por Dios. Muchas veces, quienes se alejan de su hogar espiritual buscan ocultar su condición, pero el Señor siempre los busca, como lo hizo con Adán al preguntarle: "¿Dónde estás?". Esta pregunta no era por desconocer su ubicación, sino para confrontarlo con su condición espiritual.

Hoy es importante reflexionar: ¿Estás viviendo sin cobertura espiritual? ¿Estás alejado de la casa del Padre? ¿Has frecuentado lugares de muerte? ¿Te encuentras aislado en tus decisiones y acciones? Recuerda que, así como en esta historia, Dios siempre está dispuesto a restaurar a quienes regresan a Él con corazón sincero.

ORACIÓN

Padre celestial, en el nombre de Jesús, te damos gracias por la sabiduría y poder de Tu Palabra. Ella nos revela nuestra condición espiritual y nos llama al arrepentimiento. Te pedimos, Señor, que sanes nuestras vidas y nos liberes de toda opresión, visible o invisible. 

Perdónanos por las veces que hemos caminado sin cobertura, lejos de tu casa, y por habitar en lugares de muerte. Renuévanos y restáuranos con Tu amor. Llévanos de vuelta a Tu hogar, donde encontramos protección, paz y plenitud. 

Amén y amén.

¡Bendiciones!