- 15 Aug 2025
- Category: Devocional
El Devocional: El Amor Hacia Dios
1 Corintios 8:3 (NTV) Pero la persona que ama a Dios es a quien Dios reconoce.
Hablamos del amor hacia Dios porque es fundamental en nuestro caminar diario de fe. Desde que alguien se convierte a Dios, comienza a desarrollar hábitos como leer la Biblia, asistir a la iglesia, congregarse con su familia y echar raíces en una congregación. Sin embargo, hay algo crucial que todos debemos recordar: en medio de este proceso, podríamos caer en el error de creer que lo tenemos todo garantizado, que ya le pertenecemos a Dios y que Él nos conoce.
A veces, incluso cometemos el grave error de pensar que mientras más conocimiento tengamos, más seguros estamos. Pero la Biblia nos dice claramente en este capítulo que el conocimiento no lo es todo. En los versículos anteriores, leemos: "Sin embargo, mientras que el conocimiento nos hace sentir importantes, es el amor lo que fortalece a la iglesia. El que afirma que lo sabe todo, en realidad no sabe mucho. Pero la persona que ama a Dios es a quien Dios reconoce."
Lo que la Biblia nos enseña es que no se trata de cuánto sabemos, sino de cuánto amamos. El conocimiento es bueno, pues nos permite saber más acerca de Dios: Su carácter, Sus expectativas, cómo inició todo y cómo terminará. Sin embargo, el peligro del conocimiento radica en que algunas personas ponen su confianza en lo mucho que saben. Esto puede llevarlas a perder el amor y a juzgar a los demás, creyendo que tienen el derecho de medir la espiritualidad de otros.
Este error es grave, porque la Biblia nos dice que no es el conocimiento lo que importa, sino el amor. El que cree saber mucho, en realidad no sabe nada. Lo más importante en la iglesia es el amor, no el conocimiento. Como dice el versículo: "El que ama a Dios es a quien Dios reconoce." No es el que más sabe de Dios, sino el que más lo ama.
El conocimiento, en exceso, puede apagar el amor. Creer que lo sabemos todo puede enfriar nuestro corazón y hacernos sentir superiores. A lo largo de mi ministerio, he visto a personas que, a pesar de su gran conocimiento bíblico, son frías y carecen de amor. Rara vez las ves adorando a Dios con pasión o sirviendo con humildad. Su servicio suele estar motivado por el deseo de ser vistos y reconocidos, no por amor a Dios.
Es bueno tener conocimiento, pero este debe crecer junto con nuestro amor por Dios. Como dice 1 Corintios 8:1: "Sin embargo, mientras que el conocimiento nos hace sentir importantes, es el amor lo que fortalece a la iglesia." Dios no reconoce a los que saben mucho, sino a los que lo aman. Esta fue la diferencia entre los fariseos y Jesús: los fariseos creían saberlo todo, pero estaban fríos en amor, mientras que Jesús estaba lleno de amor.
ORACIÓN
Padre celestial, en el nombre de Jesús de Nazaret, te damos gracias por la oportunidad de ser guiados por Tu Palabra. Cuánto conocimiento y sabiduría hay en ella, Señor, pero al mismo tiempo, nos advierte que el conocimiento no debe exaltarnos a nosotros, sino a Ti.
No permitas que el conocimiento nos haga sentir superiores o importantes, sino que sea el amor lo que nos defina. Como dice Tu Palabra: "El que te ama a Ti, Dios, es a quien Tú reconoces." No queremos caer en el error de ser fríos de corazón, apagados por dentro, llenos de conocimiento pero vacíos de amor. No queremos ser como los fariseos, que conocían la ley pero carecían de amor.
Señor, queremos ser personas que te conozcan, que tengan sabiduría y conocimiento, pero que estén llenas de amor. Amor por Tu presencia, amor por Tu nombre, amor por Tu obra, amor por los perdidos, amor por las almas que Tú buscas. Más que conocimiento, te pedimos que nos llenes de Tu amor, porque Tú eres amor.
Gracias, Padre, por Tu Palabra y por recordarnos que lo que más importa es amarte a Ti y amar a los demás. Oramos en el nombre de Jesús de Nazaret.
Amén y amén.
¡Bendiciones!
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